María Ximena Núñez, MD Clínica de Oftalmología de Cali (Colombia) Grupo de Investigación Visión Sana Pontificia Universidad Javeriana Asociación Colombiana de Catarata y Refractiva

Cuando Andrés Benatti me pidió este articulo pensé: ¿Qué más puedo decir diferente a lo que ya he escrito acerca de la mujer?

Acto seguido viene a mi mente: ¿Cómo no voy a poder?

Y es esta pregunta la que me da la respuesta.

El “yo sí puedo “ debe estar inmerso en nuestra alma. ¿Sí puedo qué? Lo que sea que me proponga de acuerdo a mis metas.

El problema radica en no tener metas con prioridades porque la frustración nos acecha, llega muy fácil y se convierte en la excusa perfecta para no hacer nada, en llegar a un “no pude”, en pasar de la acción a meterse en el discurso del machismo, y de la desigualdad de género entre otras tantas salidas.

Priorizar las metas es el primer paso porque nos movemos en un tiempo finito, y partiendo en la naturaleza femenina protectora y salvaguarda de la familia, es la familia que debe estar allí presente en la base como el sol que sale en las mañanas, porque la familia no es una meta, no debemos proponernos amar ni compartir, esto allí esta en nuestro genotipo, y la expresión fenotípica debemos dejarla fluir de forma casi bíblica, que desde el génesis nos manda a formar y mantener una familia.

Teniendo esto claro continuamos con las metas priorizadas de nuestra vida en los planos de salud, laboral y social, pero el balance es complejo, es nuestro Hombre de Vitruvio de Da Vinci del que obtenemos las palabras proporcionalidad y simetría.

La oftalmología es una especialidad perfeccionista donde todo es milimétrico y al comienzo de la vida profesional aparecen los miedos e inseguridades desde la consulta hasta la cirugía, la armonía de la mano, el pie y la mente. Y esto va rodando junto al reloj biológico y la presión del agotamiento de la reserva ovárica.

La salud en cuerpo y mente se afecta por estos miedos e inseguridades donde el ejercicio y la alimentación balanceada, que yo luego de mucha negación, terminé aceptando que sí son importantes y mejor diría básicos para no terminar en el temido Síndrome de Burnout.

En el aspecto laboral, nos movemos en un medio competitivo, difícil, con más hombre líderes que mujeres.

Ejercer la oftalmología ya sea con una trascendencia de ejercicio básico, de líder de opinión o de liderazgo debemos siempre hacerlo con humildad y con respeto por los pacientes y los colegas. En las mujeres que su aspiración llega al liderazgo, este debe ser ganado y no impuesto porque si no tenemos el cariño y el respeto de los pares resulta muy difícil, nada fluye y en el fondo de nuestro corazón salen las atemorizadoras infelicidad y depresión.

En el aspecto social tenemos dos orillas la laboral y la familiar, en ambas orillas  aparecen distintos tipos de amistades y afectos desde los llamados “conocidos” hasta las bendiciones llamadas amigos.

Los conocidos y los amigos son iguales de importantes, así tengan distintos niveles de confianza, cada persona que nos rodea, cada sonrisa,  cada lagrima, cada abrazo, aportan a la proporcionalidad y simetría de nuestra persona.

Entonces el “yo sí puedo” para una vida exitosa y feliz debe estar acompañado del círculo armonioso familia, salud, amistad y humildad. El “yo sí puedo” pasado del discurso a la acción es la única manera de sobrepasar frases siniestras como la atribuida a Julio César: “ es imposible no terminar siendo como los otros creen que uno es”.