Medicina Basada en la Evidencia

La Medicina Basada en la Evidencia (MBE) hace referencia a un proceso cuyo objetivo es el de obtener y aplicar la mejor evidencia científica en el ejercicio de la práctica médica cotidiana. Para ello, se requiere la utilización concienzuda, juiciosa y explícita de las mejores evidencias disponibles en la toma de decisiones sobre el cuidado sanitario de los pacientes. 

¿Y qué entendemos por evidencia en nuestra lengua? La RAE (Real Academia Española) define la palabra evidencia como “Certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar” o “Prueba determinante en un proceso”.

Frente al ejercicio médico cimentado en la autoridad de expertos en la transmisión del conocimiento, las observaciones clínicas no sistematizadas (experiencia personal) y el paternalismo en el acto médico, el nuevo paradigma de la MBE se sustenta en 3 conceptos clave:

  1. Evidencia científica publicada y lectura crítica de la misma.
  2. Experiencia individual.
  3. Circunstancias y preferencias de los pacientes o patient values en lengua inglesa.

Por experiencia individual entendemos la habilidad y el buen juicio que el clínico adquiere a través de la experiencia y la práctica cotidiana. Ésta implica la capacidad de identificar rápidamente el estado clínico del paciente, el diagnóstico y los riesgos y los beneficios en términos de precisión, efectividad y seguridad de potenciales intervenciones preventivas, terapéuticas o rehabilitadoras.

Y esta experiencia individual se vincula indisolublemente con la mejor evidencia científica publicada sobre el problema concreto del paciente y con un trato humano que contemple los problemas, derechos y preferencias del paciente a la hora de tomar decisiones clínicas sobre su cuidado.

Metodología de la MBE

La metodología a utilizar para el desarrollo de la MBE debe seguir al menos cinco pasos:

  1. Formular de manera precisa una pregunta que venga a responder una inquietud crítica, un problema o una idea para mejorar un determinado acto médico.
  2. Localizar la presencia de la evidencia disponible en la literatura encaminada a responder nuestra pregunta siguiendo una estrategia.
  3. Evaluación crítica de esa evidencia disponible.
  4. Poner en práctica las conclusiones de esa evaluación o no ponerlas si el resultado de los 3 anteriores puntos desaconseja la práctica de la misma.
  5. Evaluar la efectividad y la eficiencia de esta nueva práctica adoptada y buscar formas de mejorarla.

Ventajas del ejercicio de la MBE

Estas son algunas de las principales ventajas de practicar el ejercicio de la MBE en el ámbito de la Salud (aunque a buen seguro restan muchas más):

– Estimulación de la evaluación crítica del conocimiento establecido y del recién llegado.

– Estimulación para la práctica médico-quirúrgica reflexiva en todo momento.

– Estimulación en el aprendizaje de búsqueda y recuperación de la información científica.

– Reducción del tiempo entre la generación del conocimiento y su aplicación.

– Disminución del sobretratamiento o la sobreatención médico-quirúrgica y disminución por consiguiente de los costes que ello puede conllevar.

– Superación de modas, vicios, falta de actualización o inducciones impuestas en la atención médico-quirúrgica.

– Promoción de la capacidad de discernir entre información científica e información o prácticas que no se sustentan por el método científico.

– Promoción de la capacidad de detectar titulares o información sesgada o con finalidad sensacionalista o alarmista, toda ella sin evidencia científica. Y más en la era de la posverdad en la que nos encontramos actualmente, definiendo posverdad o mentira emotiva como la distorsión deliberada de una realidad con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales.

– Promoción del establecimiento de un sistema propio de formación continuada.

– Promoción de la interconexión entre la atención médica, la educación y la investigación.

– Promoción de la apreciación del valor de lo veraz.

– Promoción de la mejor alternativa en el acto médico, a tenor de la efectividad de la misma y al conocimiento de los posibles riesgos que pueda conllevar su práctica.

– Eliminación de las alternativas que no representan las mejores opciones en términos de precisión y resultados para los pacientes de acuerdo con el avance científico y tecnológico.

– Eliminación de las opciones que no representan la mejor alternativa coste/efectividad o utilidad.

Inquietud, juicio crítico, buena praxis médica, primum non nocere, humanidad en el trato y puntos de encuentro con el paciente, honestidad, optimización de los recursos, evaluación de resultados bajo el método científico y publicación de los mismos, difusión de la buena ciencia, innovación etc, etc. Todo ello son términos englobados dentro de la revolución MBE y todos ellos deben despertar el entusiasmo de los más jóvenes y servir de guía y de motivación para progresar, destacar y conseguir los objetivos que nos propongamos. 

 

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Bibliografía:

  • David L. Sackett. Evidence-based Medicine. How to Practice and Teach EBM. Second Edition. London: Churchill Livingstone; 2000.
  • Trisha Greenhalgh. How to read a paper. The basics of the evidence-based Medicine. Fifth Edition. Chichester, West Sussex: BMJ Books; 2014.
  • L. M. Junquera. Medicina Basada en la Evidencia. Ventajas. Revista Española de Cirugía Oral y Maxilofacial. 2003. Vol.25. nº5.